Dormir no es apagar el cuerpo: es recalibrar el sistema
Dormir es básico , es parte de un ciclo natural pero ¿Y si tu cuerpo no descansara solo por cansancio, sino por sabiduría?
Dormir no es simplemente cerrar los ojos. Es un proceso biológico profundamente activo, en el que el cuerpo ejecuta tareas invisibles pero esenciales: regulación hormonal, consolidación de memoria, restauración inmunológica y, sobre todo, reajuste del sistema nervioso autónomo.
Durante el día acumulamos microestresores: tráfico, notificaciones, decisiones, estímulos visuales. Esa carga no solo agota la mente, sino que altera ritmos fisiológicos como la frecuencia cardíaca, la temperatura corporal o el tono vagal. El sueño —y en particular las fases profundas y REM— no son solo pausa: son reparación.
Una noche de sueño eficiente no se mide en horas, sino en coherencia interna. Tu HRV (variabilidad de la frecuencia cardíaca) es una de las formas más objetivas de saberlo. Si está baja al despertar, tu descanso fue solo aparente. Si se eleva y tu FCR (frecuencia cardíaca en reposo) baja, tu cuerpo está agradecido.
Aquí no se trata de dormir más, sino de dormir mejor, y eso empieza antes de acostarte. Tu sistema no cambia de estado por orden mental, sino por señales fisiológicas: luz tenue, silencio progresivo, respiración lenta. Por eso, la calidad del descanso comienza mucho antes del sueño.
@el_syncronauta
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